lunes, 24 de septiembre de 2012







Recién cae la tarde, lánguida, serena, silenciosa y allí en la vieja banca, en la que solía divagar, de pronto entre el ocre del ocaso, vuelve a mí esa misma sensación, aquella que creí olvidada, y que por más que lo diga, sé que nunca pasara, la hojarasca resuena, cruje, me hace volver el rostro en espera de verle…

No es nada, no es nadie, y sin embargo es tanto, pero vuelvo a la gélida realidad, son solo los recuerdos que me agolpan, recuerdos que nunca fueron y olvidos que no lo son.

Volver a aquí es como volver a su encuentro, ver como antaño de nuevo a ese hombre de mirada profunda, de pupilas marrón y ceja tupida, labios curveados y voz de canción, ese que vino de alguna lejana tierra.

Sucedía siempre, al morir el día en acelerados pasos cruzaba el parque para situarse ante mí, así como llega la noche en pasos firmes pero en silencio, mientras yo me daba cuenta sin hacérselo saber, él nada decía solo permanecía tarde a tarde a una distancia prudente, intuía lo sé, que la nostalgia me abrazaba y a la vez yo apretaba contra mi pecho ese poemario amarillento que me permitía soñar.

Pausaba la lectura y cuando mis pupilas lo encontraban, entrecerraba sus profundos ojos y partía sin más.

Lo vuelvo a sentir nítido y me transporta impávida a ese inolvidable día.Hacía viento vertiente, era otoño bien lo recuerdo, asemejaba mis días,(Al menos así lo pensaba).

Mi garganta se negaba a responder, dolía esa maraña de tristeza atravesaba mi yugular y los vidrios punzocortantes amenazaban
con fluir…

-Él lo sabía, así lo sentí y así lo pensé.

Se acercó más de lo normal y sin decir más puso en mi mano esa figura cilíndrica,se limitó a mirar mi sorpresa y me dijo con esa voz que jamás olvidaré:

-lo hice Diana, para ti.

Sus manos lo hicieron para mí? ohhhh me quedé sin habla
Tomé pausada un caleidoscopio que me extendía, incliné mi rostro en señal de gratitud.

Parecía haber adivinado mi antiguo deseo infantil de tenerlo,
Como pudo saberlo?
El Sol se filtraba por las ramas de los abetos, eleve el artefacto mirando al cielo y lo giré,allí estaban esas figuras simétricas con colores diversos y polifacéticos ámbar, verde, violetas, carmesí, un hermoso collage de sorpresas, sonrisas invertidas, miradas que oscilan, mutación de sentimientos, dualidades contundentes!

Los trozos policromos bailaban, la magia calistenia de la mutación de cristales era, la semejanza alterna del entrecerrar constante de los ojos de aquel hombre, de su parpadeo insondable y el entreabrir de sus labios.

Surgió esa amenidad adictiva de seguir girando y admirando su belleza (la mirada de aquel hombre) y la belleza pletórica del prismático casero.

Un hermoso regalo, que me abrió una nueva puerta, sin saberlo
yo lo necesitaba!

Existió desde la primer mirada un sentir perpetuo.

Él sabe y yo sé el significado, lo sabemos, lo compartimos y aún después de tantos años constantemente retorno a girar a contra luz mi caleidoscopio, tocado y hecho por esas sus manos que a algún lugar se fueron.


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Diana L.R.A.
00:00 La hora de Recuerdos futuros
08 de Sep. de 2012
C.D. Guzmàn Jalisco



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2 comentarios:

  1. Hola Diana!!!

    Estoy Ahora por Aquí... sabrás quien soy por mi despedida te prometo venir a leer tus entradas en cuanto me familiarize más con esto. :)

    Un Abrazo Felinezco y Peludo!!!!! :3

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